Santiago, 11 de mayo de 2020

Señores

Consejo del Instituto Nacional de Derechos Humanos

Presente

De mi consideración:

Me dirijo a Uds. para apoyar la postulación al Premio Nacional de Derechos Humanos de Roberto Garretón Merino.

Roberto Garretón, abogado formado en la universidad de Chile es parte de ese contingente de personas en nuestro país que en el momento de instalación de la dictadura militar dedicaron todos sus esfuerzos a la defensa y promoción de los derechos humanos, arriesgando su vida y la de sus familiares y transformándose en uno de los enemigos principales del régimen que se imponía a sangre y fuego de una manera inédita en Chile. Roberto desde el ´primer día de la dictadura abrazó la causa de los derechos humanos y la lucha por salvar a las víctimas de ella, y se unió al Comité Pro Paz y luego a la Vicaría de la Solidaridad, donde desempeñó su tarea. Al recuperarse la democracia Roberto volcó sus esfuerzos en la lucha por la verdad, la justicia y la reparación entre otras múltiples actividades, como Embajador de Chile ante los organismos internacionales de Derechos Humanos, como participante en la Mesa de Diálogo y en sus aportes a situaciones como el juicio contra el dictador Pinochet en Londres.

Su trabajo no se redujo al ámbito de nuestro país sino que cumplió cruciales labores a nivel internacional, entre otras, como Vicepresidente de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, miembro de la Comisión de la Relatoría Especial sobre la situación de los derechos humanos en el Zaire, luego República Democrática del Congo; la Representación para América Latina y el Caribe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

En todo ello, más allá de la lealtad a sus cargos mostró siempre un coraje y una dignidad inclaudicables en la defensa de los principios consagrados por la humanidad respecto a los derechos humanos. Sus posiciones le valieron en la época de la dictadura detención y amenazas a su persona y familia. Y en democracia vivió también incomprensiones. Pero junto a eso ha tenido un enorme reconocimiento entre las víctimas y sus familiares y en la opinión pública nacional e internacional. Expresión de ello son las numerosas distinciones que ha recibido, de gobiernos e instituciones de Derechos Humanos, entre las cuales menciono a la Universidad de Chile que le otorgó la Medalla Rectoral en 2018.

Quiero agregar, en un tono más personal, que al rendirle a Roberto Garretón un muy sentido homenaje con ocasión al otorgamiento de la Medalla Rectoral, y quiero volver a hacerlo ahora, evoqué a Leonardo Sciacia quien, en su novela Puertas Abiertas, dice a propósito de su protagonista, un juez fiel a sus principios que desobedece a Mussolini consciente de las consecuencias que eso tendrá para él y de la inutilidad pragmática de su gesto: “porque uno tiene que reconocer que hay personas que son mejores que uno”. Estoy seguro que todo quienes en esa oportunidad colmábamos el Salón de Honor, nos identificamos con esa aseveración que dedicábamos a Roberto. Él genera esa admiración infinita de la que se hacen merecedores aquellos capaces de llevar a cabo lo que resulta justo y correcto para muchos, pero que pocos tienen la combinación de lucidez, vocación de justicia y coraje para hacerlo. En retrospectiva y en prospectiva, son los grandes personajes ejemplares que enorgullecen a todo un pueblo.

Cuando en el futuro se more esa trágica página de nuestra historia, Roberto Garretón, nos permitirá decir que aquí hubo alguien que se atrevió a confrontar una visión impuesta del ser humano y de la sociedad, que resultaba devastadora para con la civilización y la cultura. Su ejemplo nos deja la esperanza, quizás la confianza, de que como país seremos capaces de construir una sociedad en la cual la tortura, la muerte, la desaparición de personas nunca más vaya a tener lugar en nuestra patria.

Por todo lo anterior creo que hoy corresponde al país entregar este reconocimiento a través de la institución que ha creado para proteger los Derechos Humanos por medio del Premio Nacional.

Saluda afectuosamente a Uds.,

Dr. Ennio Vivaldi Véjar

Rector Universidad de Chile