Ricardo Halabí y Jaime Hales

Ricardo Halabí y Jaime Hales

 26 de mayo 2020.-

Señores

Instituto Nacional de Derechos Humanos

Premio Derechos Humanos 2020

Presente

Cuando llegaron nuestros abuelos, nuestros padres, aquellos jordanos y palestinos que cruzaron el mundo para alcanzar esta tierra de promesas, hubieran querido que Roberto Garretón ya existiera.

Porque ellos conocieron la discriminación, el trato despectivo, un desprecio que se tradujo en funcionarios que en los documentos no registraban los nombres verdaderos sino lo que querían, cambiando la identidad de los inmigrantes.

Después de tan largas travesías nada podía desanimarlos y costó ganarse el respeto de los poderosos, aunque no el cariño del pueblo.

Sus descendientes fuimos criados sobre la base del respeto de los demás, sabiendo que debíamos tratar a las otras personas como queríamos ser tratados. La discriminación estaba allí, pero el mundo avanzabaen conciencia.

Y ante la brutalidad desatada una mañana de septiembre, hubo algunos que alzaron voces. Pocos, muy pocos y uno de ellos, el que más tenía que perder, el que más arriesgaba, fue Roberto, quien asumió sin reservas un compromiso que duró paratoda la vida.

Él fue una luz que nos guio a otros por la senda de la defensa de los derechos humanos y nos hizo reflexionar sobre lo distinta que hubiera sido la vida para nuestros antepasados inmigrantes de haber existido luchadores de la talla de Roberto.

Personas como él marcan un antes y un después en la historia real, aunque pocas veces los registren los textos.

Reconocerlo ahora es lo menos que podemos hacer, por al destacarlo a él se reconoce su trabajo y el trabajo de tantos otros que aprendieron de su valentía, su claridad, su inteligencia, su amor por el prójimo y su compromiso eterno.

Ricardo Halabí y Jaime Hales

Y Abogados descendientes de inmigrantes jordanos y palestinos.