John Dinges

John Dinges, Professor of International Journalism Emeritus,
COLUMBIA UNIVERSITY GRADUATE SCHOOL OF JOURNALISM

21 de mayo de 2020

Consejo del Instituto Nacional de Derechos Humanos

A su mayor consideración.

Les escribo para apoyar la candidatura de Roberto Garretón para el Premio Nacional de Derechos Humanos. Durante los primeros cinco años más duros del gobierno militar, yo trabajé como corresponsal de varios medios en Chile. Conocí bien conocí el trabajo de Roberto como integrante del equipo de abogados del Comité Pro Paz, y luego de la Vicaría de la Solidaridad. Para mí, el contacto confidencial con los abogados y de otros personajes de defensa de los derechos humanos fue indispensable. Era la única manera de informarme sobre el tsunami de crímenes y de las tácticas de encubrimiento del gobierno militar, como por ejemplo el empleo de desaparición forzada, cárceles secretas y amedrentamiento. Me acuerdo bien haber visto autos en la calle afuera de la casa del Comité, con agentes de seguridad vigilando a los que entraban y salían.

Para trabajar allí, como lo hizo Roberto, se requería primero coraje y la voluntad de desafiar al gobierno de facto. Pero también – y para mis reportajes lo más importante— era necesario que el trabajo de documentación de los casos fuera impecable en su apego a los hechos, libre de sesgo político y cualquier exageración, y, en una sola palabra, creíble.

Mis reportajes en el Washington Post y Time, por ejemplo sobre el caso de los 119 y el nuevo fenómeno de desaparición, no hubieran sido posible sin tener la información fidedigna del departamento jurídico de las dos organizaciones. Pero más allá de darme información, los abogados supieron proteger a las familias que habían aportado sus testimonios a riesgo de sus vidas. Gracias al método de trabajo de Roberto y los otros, pudieron darme a la información necesaria para publicar lo que era secreto en Chile sin comprometer la seguridad de los testigos.

Partiendo de esas primeras experiencias del período más peligroso, Roberto decidió dedicar su vida entera a la causa de los derechos humanos. Para mi, Roberto fue un contacto permanente a través de los muchos años que siguieron. Creo que he consultado con Roberto en cada uno de mis libros y reportajes mas importantes hasta el día de hoy.

Es un hombre incansable en ayudar a las victimas en la búsqueda de justicia. Más que nada es un hombre de verdad y una pasión para injusticia que se encuentra pocas veces en este mundo.

Lo admiro mucho, y espero que el Consejo decide otorgarle a Roberto el muy merecido Premio Nacional de Derechos Humanos.

Atentamente,

John Dinges