Santiago, 08 de mayo de 2020.-

A quien corresponda.
Como rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, declaro mi apoyo al abogado Roberto Garretón para que se le otorgue el Premio Nacional de los Derechos Humanos 2020, reconocimiento que entrega desde 2011 el Instituto Nacional de Derechos Humanos, y que destaca el trabajo de quienes promuevan una memoria histórica sana, y de protección y defensa de los derechos humanos en Chile.
Nadie mejor que Roberto Garretón para encarnar estos principios. A lo largo de su carrera, ha hecho de la defensa de los Derechos Humanos su vida. Destaca su papel fundamental en los años más duros de la Dictadura Militar en el Comité para la Paz en Chile; y como abogado y luego jefe del Área Jurídica de la Vicaría de la Solidaridad, en la defensa y protección a las víctimas de la dictadura, gestión que le valió la persecución del régimen, que ordenó su detención en 1987 por sus críticas en la Revista Mensaje.
Al retorno de la democracia, su incansable labor continuó en la Cancillería como embajador de los Derechos Humanos -donde tuvo la tarea de encabezar el recién creado Departamento de Derechos Humanos, a través del cual Chile suscribió a los Pactos Internacionales que no habían sido aceptados por la Dictadura. Destaca también su importante rol en la creación del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
En el ámbito internacional, también ha tenido una intensa labor ligada a la defensa de los Derechos Humanos. Fue representante en Chile del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR); representante para América Latina y el Caribe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos; miembro del Consejo Asesor del Secretario General de las Naciones Unidas sobre Prevención del Genocidio; y comisionado de la Comisión Internacional de Juristas. Como funcionario de Naciones Unidas debió asumir distintos encargos en misiones especiales para reunir información sobre la situación de los derechos humanos en distintos países.
Su labor ha sido distinguida en Chile y el extranjero, pero sin duda, recibir el Premio Nacional de Derechos Humanos constituye un merecido reconocimiento para quien ha hecho de la defensa de los derechos fundamentales de los seres humanos en el mundo la razón de su vida.
Agradeceremos considerar los méritos de su candidatura.

Atentamente,
Álvaro Ramis.
Rector Universidad Academia de Humanismo Cristiano