Francisco Javier Ugás Tapia

Francisco Javier Ugás Tapia

Con sumo respeto y humildad, me dirijo al

Consejo del Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile,

con el propósito de avalar la postulación de don Roberto Garretón Merino al Premio Nacional de Derechos Humanos, edición 2020.

El señalado reconocimiento es concedido u otorgado a personas que se hayan destacado en la promoción de una memoria histórica sana, y en la protección y defensa de los derechos humanos de quienes habitan en el territorio de Chile. Y qué duda cabe que Roberto, como le gusta que las personas le llamen, reúne todas las cualidades que se derivan de su trayectoria profesional, de sus enseñanzas y de su vida para ser reconocido, esta vez, con dicho premio.

Roberto, a lo largo de su vida, ha sido en propiedad un defensor de derechos humanos. Para quienes hemos tenido la oportunidad y el privilegio de conocerlo, hemos sido fieles y fidedignos testigos de su amor por la persona humana, de su respeto cabal por la dignidad de todos y todas, de la innegable dedicación a la promoción y protección de los derechos humanos de toda persona por el sólo hecho de ser tal, y de su predica y práctica de los valores y principios que inspiraron la Revolución Francesa.

Su trayectoria profesional, desde que ingresó al Comité Pro Paz, pasando por la Vicaría de la Solidaridad y todas las instituciones y organismos en los cuales se ha desempeñado en Chile y en el extranjero hasta nuestros días, entre ellas, incluso, el mismo Instituto Nacional de Derechos Humanos, es la de un luchador por la Verdad, por la Justicia, por la Vida y por los Derechos Humanos. Roberto siempre ha dado luz y vida, en momentos en que las tinieblas han acechado sobre la persona humana, los derechos humanos, la democracia y el estado de derecho.

Sus enseñanzas y su labor han trascendido generaciones en nuestro país, pero a la vez, han trascendido nuestras fronteras, allegando a personas de todas las razas, los credos y condiciones de otros países del continente americano, y también, de Europa, Asia, África y Oceanía.

Un referente de los derechos humanos como Roberto debe ser reconocido con este galardón. Sus méritos, su vida y su ser son un ejemplo para todas las personas que vivimos en este país y en esta tierra, siendo todo lo previamente reseñado fundamentos suficientes para que él, don Roberto Garretón Merino, sea galardonado con el Premio Nacional de Derechos Humanos, en la presente edición.

Muchas gracias.

Francisco Javier Ugás Tapia